Necesito un cirujano. Necesito un cirujano hábil con el bisturí que entre en mi y, con precisión, separe el dolor de lo que quiero. El dolor de lo que afronto. El dolor de mi vida. El dolor de mi ilusión.
Quiero ser ese cirujano hábil cuanto antes. Y qué rápido se me olvida cuando me duele. Cuando me duele de repente la mano me tiembla y no sé ni donde dejé los instrumentos. Cuando me duele, si me dejo, todo se desvanece. Porque, cojones, como me duele¡¡¡.
Por eso busco ser cirujano experto. Para poder, con premura, guardarlo en su frasco. Y seguir con mi vida. Más allá del dolor. Y es que, cojones, como me duele¡¡¡
sábado, 23 de mayo de 2009
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